La caspa es uno de esos problemas que, aunque común, suele incomodar bastante. No solo porque deja las molestas “escamas” en el cabello y la ropa, sino porque muchas veces no sabemos ni qué tipo tenemos ni cómo tratarla.
Y sí, aunque parezca un tema sencillo, no toda la caspa es igual. Existen varios tipos y cada uno tiene características diferentes que vale la pena reconocer para darles el cuidado adecuado.
En este blog te contamos cuáles son y cómo diferenciarlos. Además, al final encontrarás un test para realizar un autoexamen.
1. Caspa seca: la más común

Este es el tipo de caspa que la mayoría de nosotros conoce.
- Se presenta con escamas blancas, pequeñas y secas, que se desprenden fácilmente al mover el cabello.
- Generalmente aparece cuando el cuero cabelludo está reseco, el cabello pierde brillo y se siente áspero.
- Puede provocar un picor ligero que se vuelve molesto con el tiempo.
2. Caspa grasa:

Este tipo suele ser un poco más “rebelde”
- Las escamas son amarillentas, grandes y gruesas, cubiertas de grasa.
- Se adhieren al cuero cabelludo, por lo que no se desprenden tan fácil.
- Suele venir acompañada de irritación, enrojecimiento y, en algunos casos, mal olor.
¿Por qué aparece? El exceso de sebo favorece la proliferación del hongo Malassezia, que desencadena esta forma de caspa.
Tip rápido: Aquí funcionan mejor los champús con activos específicos como zinc piritiona o ketoconazol, que regulan el hongo y el exceso de grasa.
3. Caspa asociada a dermatitis seborreica

La dermatitis seborreica es una condición crónica de la piel que afecta principalmente las zonas con más glándulas sebáceas, como el cuero cabelludo, cejas, aletas de la nariz y hasta la barba.
A diferencia de la caspa común, tiende a ser recurrente: mejora con el tratamiento, pero puede reaparecer con los cambios de clima, el estrés o desequilibrios hormonales.
En el cuero cabelludo se manifiesta con escamas amarillentas, grasientas y de mayor tamaño. Suele venir acompañada de enrojecimiento, picor intenso e incluso inflamación.
Caspa asociada a otras condiciones
En ocasiones, lo que creemos que es caspa puede ser otra cosa:
- Psoriasis: placas rojas con escamas plateadas.
- Eczema o reacciones alérgicas: escamas acompañadas de irritación.
✨ Tip rápido: Si el problema no mejora con champús de libre venta, lo mejor es consultar a un dermatólogo.
Entonces… ¿cómo saber qué tipo tienes?
👉 Si las escamas son blancas y finas → probablemente sea caspa seca o cuero cabelludo reseco.
👉 Si son amarillas, gruesas y grasientas → puede tratarse de caspa grasa o por hongos.
👉 Si además hay irritación intensa, enrojecimiento o placas → podrías estar frente a dermatitis seborreica o psoriasis, y necesitas revisión médica.
En resumen
La caspa no es igual para todos y, según el tipo, el tratamiento puede variar mucho. La clave está en observar los síntomas y elegir productos adecuados para cada caso. Y si nada funciona, recuerda: un dermatólogo siempre será tu mejor aliado.
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¿Por qué lo recomendamos?
- Elimina eficazmente la caspa desde la primera semana.
- Brinda brillo, suavidad y sedosidad al cabello.
- Reduce la irritación del cuero cabelludo.
Ingrediente clave:
- Piritionato de Zinc (2%) → Ayuda a combatir los microbios que causan caspa y calma la picazón. Perfecto para cuando la caspa es persistente.
- Climbazol (0,5%) → Ataca directamente al hongo que provoca la caspa, evitando que vuelva a aparecer.
- Octopirox (0,5%) → Refuerza la defensa natural del cuero cabelludo, equilibrando la microbiota y controlando la caspa.
- Pantenol (0,5%) → También llamado provitamina B5, hidrata en profundidad, deja el cabello más suave, con brillo y sedosidad.